El mercado de distribución de riesgo de crédito (CRS, por sus siglas inglesas) surgió tras la crisis financiera de 2007-2009. Desde entonces se ha expandido de forma significativa, espoleado por cambios en la regulación europea que elevaron los requisitos de capital sobre las actividades de préstamo de los bancos para mejorar la estabilidad financiera.
En este informe, explicamos CRS y los beneficios clave que puede ofrecer a los inversores institucionales, particularmente en el clima económico incierto de hoy.
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El valor de las inversiones y de las rentas que generan podría tanto bajar como subir, y es posible que el inversor no recupere su desembolso inicial. Las rentabilidades obtenidas en el pasado no son garantía de rentabilidades futuras.
Es probable que la inversión en mercados emergentes o en sectores especializados o restringidos esté sujeta a una volatilidad superior a la media debido a un alto grado de concentración, a una mayor incertidumbre al haber menos información disponible, a una liquidez más baja o a una mayor sensibilidad a cambios en las condiciones sociales, políticas, económicas y de mercado.
Algunos mercados emergentes ofrecen menos seguridad que la mayoría de los mercados desarrollados internacionales. Por este motivo, los servicios de ejecución de operaciones, liquidación y conservación en nombre de los fondos que invierten en emergentes podrían conllevar un mayor riesgo.
Los activos privados son oportunidades de inversión no disponibles a través de mercados cotizados como por ejemplo las bolsas de valores de renta variable. Permiten a los inversores beneficiarse directamente a temas de inversión a largo plazo y pueden brindarles acceso a sectores especializados como infraestructura, inmobiliario, private equity y otros alternativos difícilmente disponibles a través de medios tradicionales. No obstante, los activos no cotizados requieren un examen minucioso, pues tienden a tener niveles elevados de inversión mínima y pueden ser complejos e ilíquidos.